Vivir el verano en el exterior
Jardín, patio o terraza, una habitación que mira hacia afuera y que es una continuación de lo que consideramos nuestra casa. Que puede mejorar nuestra calidad de vida en el exterior y dónde se puede estar tan bien…
De día o de noche, leyendo, cenando o compartiendo con nuestra gente entre velas, luces suaves, música y todo lo que a cada uno le ayude a desconectar.
Un espacio para reconectar con nosotros y con la naturaleza, que tiene esa facilidad para devolvernos la paz. Un espacio con vegetación que dé vida y color. Que mejore la sensación de calor. Que realice una aportación positiva en el intercambio de CO2.
Es de un tiempo a esta parte que más personas van descubriendo la importancia de esta habitación que consideraban un espacio adicional y que ahora ya van integrando y tratando como una zona más de la casa que hay que cuidar y vestir como en el resto.
Se podría decir que, después del dormitorio, es el espacio que más bienestar puede aportar, ya que podemos entrar como quien entra en otro nivel, el de la vida tranquila, la que nos traslada desde las rutinas diarias a un espacio “protegido” donde sólo nosotros decidimos qué y quién va a entrar.
Según sea nuestro talante haremos diferentes actividades y tendremos diferentes “cosas” pero es fácil que todos coincidamos en que la vegetación, unas buenas almohadas y una iluminación adecuada son un buen principio para disfrutar de este pequeño oasis personal. Se puede seguir con uno o más muebles auxiliares en los que dejar lo que queremos tener a mano: libros, minicadena o altavoz para conectar nuestro dispositivo. Una mesa para poder cenar y, dependiendo de los metros de que se disponga o de la forma, puede plantearse tener un pequeño frigorífico para tener alguna bebida, fruta y hielo; puede parecer idílico, pero en realidad, es posible. Si la mesa no puede ser grande o preferís el espacio para actividades físicas, se puede tener una mesita plegable o bandejas con pies.
Las actividades físicas como la meditación, el yoga, la gimnasia consciente ya están incorporadas al día a día de muchos de nosotros y resulta fácil imaginarse practicándolas en la terraza, patio o jardín escuchando la sesión guiada o música de fondo y terminando con una bebida o descansando sobre los cojines o alfombra de exterior.
Si tenéis vasos y platos en la terraza, os diría que deberían ser diferentes a los de uso diario, que sean de colores, veraniegos, que se note que este espacio es para disfrutar. Lo mismo para los demás objetos como jarras, mantel, elegid dos o tres colores diferentes para combinar. Fijaos en las plantas de flor: fondo verde y flores de color. Puede serviros de ejemplo para la proporción, colores y tonos.
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A veces pensamos que estos espacios exteriores son sólo en verano, pero no es así. Los tiempos de buen tiempo cada vez se amplían más. También estamos viendo cómo se van produciendo cambios en el clima que no nos dejan indiferentes.
Estos espacios exteriores cada vez los utilizaremos más y también es cierto que, puntualmente habrá fenómenos que lo pueden estropear. Lluvia intensa con viento, viento solo, etc. Es necesario pensar cómo podemos organizarlo para minimizar los daños, en caso de meteorología adversa. Qué materiales o cómo tenerlo recogido de una manera práctica y fácil.
Hablando de materiales, es importante recordar que cada acción nuestra suma o resta en el global del planeta. Si escogemos un tejido de algodón siempre será más amigable por el medio ambiente (y para nosotros) que si es un sintético; si además es de KM cero no habrá dejado la huella de CO2 en el trayecto.
Pensad en todo, todo suma.
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